Tenemos 14 años ayudando a jóvenes, principalmente de Venezuela, a estudiar bien sea inglés o la universidad en los Estados Unidos. Con cada año ganamos mayor experiencia y conocimientos en cuanto a los pasos correctos a seguir para ayudar a estos estudiantes a lograr su objetivo de la manera mas inteligente y eficiente.
Hemos trabajado con mas de 600 estudiantes, cada uno con sus propias características personales y familiares, tratando de que nuestro servicio sea a la medida de cada uno, pero cuando nos ha tocado vivir la experiencia con nuestros propios hijos, nos dimos cuenta de cuánto nos faltaba por aprender, de cuántos detalles nos faltaban saber para darle el completo apoyo a las familias que trabajan con nosotros.
Tenemos 3 hijos, una hembra de 23 años y dos varones, uno de 19 y otro de 14 años. Los 3 han vivido la experiencia de estudiar de una u otra forma en Estados Unidos y la idea de este artículo es contarles lo mas relevante de esas experiencias.
Ser padres de hijos que han estudiado en Estados Unidos nos ha dado una visión más cercana de todo lo que conlleva esa gratificante pero exigente experiencia.
La primera vez...
Con nuestra hija Claudia fue la primera vez que vivimos la experiencia, cuando tenía 15 años la enviamos junto con 2 amigas a hacer 4 semanas de uno de nuestros programas de inglés en el ELS Language Center de Philadelphia. Todo el proceso de papeleo, inscripción y visa de estudiante lo manejábamos a la perfección, por esa parte todo estuvo genial. El tema empezó a tornarse desconocido cuando nos dimos cuenta que debíamos tomar la decisión si las mandábamos solas o algún adulto las acompañaba desde Caracas.
Hasta ese momento, tranquilamente le aconsejábamos a los papás de nuestros estudiantes que mandaran a sus hijos solos, pero cuando nos tocó vivirlo en carne propia preferimos que mi esposo las acompañara y las ayudara a instalarse, entonces eso nos ayudó a ponernos en los zapatos de nuestros clientes y aconsejarles que si los pueden acompañar mejor, no porque los muchachos lo necesiten, es porque los papás lo necesitamos para quedarnos tranquilos ya que la separación por primera vez nos pega mucho.
Otra cosa que anteriormente no habíamos tomado en cuenta era que lo mejor para tranquilidad de los padres es que el estudiante pueda tener una línea telefónica de el país donde va a estar, así podemos comunicarnos con ellos siempre.... bueno al menos escribirles cuando lo necesitemos, que ellos respondan, siempre es otra cuestión, pero nos dimos cuenta que mandarlo la primera vez acompañados con amigos es una excelente decisión ya que a ellos les cuesta mucho menos adaptarse al nuevo entorno.
Esa primera vez, al menos a mi me afectó los primeros días ya que por primera vez mi hija estaba lejos, podía desenvolverse sin nosotros, por primera vez hicimos un viaje familiar sin ella, esa separación es muy normal que nos afecte a los papás, por lo general para los muchachos pasa totalmente desapercibida cuando es por tan poco tiempo. Luego de unos días, cuando vi lo feliz que estaba mi hija, la maravillosa experiencia que estaba viviendo y todo el aprendizaje que eso nos dio a todos como familia, ya empece a sentirme más tranquila. Las 4 semanas pasaron muy rápido, sin darnos cuenta ya Claudia estaba de regreso y la conclusión que puedo dar de esta experiencia es que no me arrepiento para nada, ella regresó más madura, aprendió a hacer cosas por sí sola que en la casa, bajo nuestra ala, nunca haría, conoció estudiantes de todas partes del mundo, entendió que no todo es como ella lo vive en su casa y que todo el mundo es diferente y por supuesto avanzó muchísimo en su inglés.
La experiencia de 3 meses...
Nuestro segundo hijo fue a hacer el mismo Programa de inglés que su hermana, igualmente en el ELS Language Center de Philadephia, pero él se fue apenas se graduó del colegio y decidió irse por 3 meses. Al principio pensar en que sería tanto tiempo me puso un poco ansiosa, sobre todo porque al mismo tiempo que el iba a hacer este curso, mi hija mayor iba a empezar la universidad en Orlando, es decir íbamos a pasar 3 meses sólo con nuestro hijo menor en la casa, y ésta pasó de ser una casa ruidosa y llena de gente a ser sólo 3.
Él también se fue con dos amigos del Colegio, y sigo pensando que es la mejor decisión mandarlos acompañados. En esta oportunidad hubo varios cambios, principalmente que cuando mi hija estuvo en el curso, su estadía fue en la residencia de la universidad, en esta oportunidad decidimos que a mi hijo Rafael y sus amigos les íbamos a alquilar un apartamento fuera de la universidad ya que era mucho más económico. Aquí vinieron otros retos como comprar muebles, ya que esos apartamento no eran amoblados, por lo que los papás de 2 de los muchachos se fueron con ellos a ayudarlos a instalarse, porque no imagino como hubiera sido el desastre de ¡3 adolescentes varones comprando muebles para un apartamento donde iban a estar sólo 3 meses!
Como el edificio era principalmente apartamentos para estudiantes y varios de los que estaban eran clientes nuestros, logramos comprar solo las camas y se consiguieron muebles que los demás estudiantes estaban dejando porque ya se iban y se los regalaron, mesa de comedor, escritorios, sillas, realmente fue una suerte que no se tuvieran que comprar.
Por otra parte, se les ayudó a hacer el primer mercado y los papás les dieron nociones de cocina para que pudieran comer unas cuantas veces en el apartamento y no gastar dinero comiendo en la calle. Con respecto a la parte académica, hacer el programa por 12 semanas es una excelente decisión porque es donde se pueden ver grandes avances en el idioma.
Mi hijo tiene una personalidad completamente independiente y realmente sabe muy bien desenvolverse solo, por ejemplo el logró que lo adelantaran un nivel ya que en el que él inició era por debajo de sus conocimientos. La experiencias que vivieron fueron maravillosa, como compartir un día cultural con el grupo de estudiantes árabes, viajar a Nueva York en autobús ellos solos, conocer todo el Downtown de Philadelphia, aprender a administrarse el dinero, etc. Al final, pues esas 12 semanas también se me pasaron muy rápido y sin darme cuenta ya estaba de regreso.
Summer Camp con el más pequeño
De nuestros 3 hijos, el más pequeño fue el que tuvo la primera experiencia de viajar a un Summer Camp, tenía en ese momento 11 años. El es muy tímido y le costaba expresarse, por lo que me angustiaba un poco cómo iba a ser su desenvolvimiento en esas 2 semanas sin papá y mamá. Fuimos a llevarlo y se quedó bastante tranquilo y confiado, iba con unos amigos del colegio que, aunque no eran sus amigos cercanos, al menos iba con alguien conocido.
Nuestra mayor sorpresa fue ver cómo Juan Andrés se desenvolvió en ese ambiente de gente desconocida, no fue tímido, se adaptó muy bien, incluso sentía seguridad ya que el dominaba más el inglés que sus amigos por lo que él los ayudaba a entenderse en el campamento y cuando salían a los paseos. Fue una experiencia super enriquecedora tanto para Juan Andrés como para nosotros.
La universidad...
Nuestra hija mayor después decidió que quería estudiar su carrera en Estados Unidos, ella siempre ha hecho teatro y decidió que quería especializarse en producción de teatro. Eso es una situación totalmente diferente ya que es un estudio a largo plazo donde sabes que tu hija se va por bastante tiempo. El primer reto con el que nos encontramos fue dónde iba a estudiar, ya que ella quería Orlando y nosotros preferíamos Miami porque ahí está gran parte de su familia. Luego de mucho discutir cedimos nosotros y se fue Valencia College en Orlando, un excelente College por cierto.
Aquí va el primer consejo que aprendí a darles a los papás, ¡en cuanto a la decisión de ubicación, los hijos tienen ir a donde sus papas consideren lo mejor! y eso lo aprendí viendo como a mi hija le pasaba lo que le habíamos advertido, se iba a sentir sola sin familia ni gente conocida cerca. Al primer semestre ya ella quería mudarse a Miami pero le dijimos que tenía que esperar a que pasara 1 año ya que los apartamentos en alquiler a largo plazo el contrato es mínimo por ese tiempo. Luego se mudó a Miami y está estudiando en Broward College, viviendo cerca de familiares y amigos y se siente mucho mejor.
Ya casi tiene 2 años viviendo allá, al principio me pegó mucho su ausencia, luego empecé a manejarlo mejor y a estar tranquila de verla feliz, lo que no he logrado superar es que cada vez que viene de visita son más duras las despedidas, creí que con el tiempo me iba a acostumbrar a eso pero definitivamente siempre son difíciles los primeros días, luego de varios días ya estoy mucho mejor.
Después de todas mis experiencias personales con mis hijos, sé que estoy mucho más preparada para acompañar a mis estudiantes en tomar las mejores decisiones y en apoyar a su familia y poder darles soporte para que puedan llevar mucho mejor los miedos normales que nos dan a los papás al momento de soltar a nuestros hijos.
Marianne Delgado M.
Director USABECAS
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